Hoy en día la
escritura es algo primordial para nuestro día a día, tanto si somos estudiantes
como si somos trabajadores. Se utilizar por y para todo y no está de más
esforzarnos para conseguir escribir textos con buena coherencia, cohesión,
adecuación, disposición y sin faltas de ortografía.
En esta entrada,
encontraréis distintas estrategias para poder escribir de forma adecuada,
extraídas del libro “Describir el
escribir. Cómo se aprende a escribir” D. Cassany.
Inician el
capítulo correspondiente hablándonos de las estrategias de composición.
Se destacan cinco:
· La conciencia de los lectores. Saber a
quién va dirigido el texto y qué es lo que quieren obtener al leerlo.
· Planificar la estructura. Pensar siempre
antes de escribir, ser flexibles a la hora de tener que realizar modificaciones
y esquematizar y estructurar antes de ponernos en marcha.
· Releer. Es importante crear un borrador, leerlo
y modificar todo lo que creamos necesario hasta crear un nuevo borrado. Y así,
las veces que sean necesarias.
· Correcciones. Los autores profesionales realizan una
media de corrección de unas doces veces. Quizá no es conveniente realizarla
tantas veces pero sí muy importante tener presente que por muy bueno escritor
que se sea, de primeras no siempre se escriben textos magníficos y hay que
corregirlos.
Además, los malos escritores suelen
crear un borrador que consideran ya el texto
definitivo. El borrador debería ser únicamente una aproximación del contenido y posteriormente realizar
modificaciones hasta estar convencidos y proceder
a las correcciones mecánicas.
- Recursividad. Proceso de
redacción recursivo. Nos referimos a no realizar una redacción lineal que
no contempla cambios ni nuevas ideas en el proceso. Hay que planificar la
estructura, crear un borrador, y si van apareciendo nuevas ideas,
retroceder, reformular la estructura y volver a redactar el borrador.
Pasaríamos ahora a hablar de las Estrategias de apoyo. Es prácticamente imposible disponer de todos los
conocimientos necesarios para elaborar un escrito, por ello, tenemos dos
opciones:
- Producir el
escrito con los conocimientos
justos, sustituyendo
palabras desconocidas por conocidas y evitar palabras que no sepamos con
ciencia cierta si están bien escritas.
- O bien,
esforzarnos y dar
solución a esos problemas
a través de las estrategias de apoyo.
Encontramos tres
estrategias según la deficiencia:
- Para solventar la
deficiencia gramatical o léxica,
tendremos tres alternativas. Usar el código adquirido, usar las reglas
aprendidas durante nuestros años de estudio o bien consultar fuentes
externas.
- Para solventar
las deficiencias textuales como
la coherencia, la cohesión, adecuación y disposición en el espacio,
deberíamos recurrir a la búsqueda en una fuente externa.
- Para solventar
las deficiencias de contenido,
deberemos desarrollar y crear ideas a partir de los conocimientos que ya
poseemos o bien, como en las anteriores, consultar una fuente externa.
Complementariamente a estas técnica para la escritura,
deberemos adentrarnos en datos complementarios como sería, por ejemplo la
investigación de la comprensión lectora
ya que aporta datos interesantes.
La comprensión lectora nos ayuda a comprender una de las estrategias de comprensión mencionadas
anteriormente, la conciencia de los lectores.
Los buenos lectores, realizan una representación jerárquica marcando relaciones de causalidad y relacionando elementos
que no aparecen contiguos, a diferencia de los malos lectores que lo hacen
lineal. Los buenos lectores son capaces de extraer las frases más importantes
con criterio, mientras que los malos lectores tienen a escoger frases
introductorias de un tema.
Según la teoría de Van
Dijk, existen dos criterios básico para escoger las frases relevantes de un
texto, la del autor que sería la textual y la del lector que sería la
contextual. Hay que tener en cuenta para quién se escribe, y tener la capacidad
de organizar el texto de forma que el lector sea capaz de extraer la idea que
pretendemos que extraiga.
Para concluir la entrada, resumamos lo que hay que tener
presente a la hora de escribir:
- Ser conscientes
de quién van a leer nuestro texto y cómo van a interpretarlo.
- Planificar el
texto antes de redactarlo.
- Releer los
fragmentos las veces que sean necesarias.
- Revisar el texto
las veces que sean necesarias.
- Utilizar
estrategias para solucionar problemas.
- Hacer esquemas y
resumir textos antes de iniciar el texto.
Si queréis ampliar información sobre el tema, podéis
encontrarla, en “Describir el escribir.
Cómo se aprende a escribir” de D.Cassany, páginas 119-137. Encontraréis
diferentes ejemplos de estudios realizados para llegar a estas conclusiones.
Personalmente, estoy de acuerdo en todos los puntos que se
exponen, creo que en los años lectivos de ESO y Bachillerato se hace mucho
hincapié en los seis puntos expuestos y con práctica y esfuerzo, un buen
porcentaje de la población podría se capaz de escribir un texto adecuado para
cada momento. Mis maestros hacían mucho hincapié en proponernos lecturas para
poder escribir adecuadamente, ya sea para la mejora de la ortografía o la
mejora de la expresión. Son conceptos interrelacionados que hay que tenerlos
muy presente, hay que leer para ser capaces de escribir adecuadamente. Si se
quieren escribir libros de tipología juvenil, habrá que leer libros de esa
tipología, si se quiere aprender a escribir textos jurídicos, habrá que leer muchos
textos judiciales, y así con todos los temas.
Si queréis escribir, empezar por leer y poneros a
practicar. Todos somos capaces de hacer lo que hace el resto de seres humanos.